Os mostramos un poco sobre hipercifosis dorsal y algunas posturas de yoga que benefician esta patología, esperamos que os sirva de ayuda.
La hipercifosis dorsal producida por una mala posición
corporal es un trastorno al que no prestamos atención.
La hipercifosis dorsal es el aumento de la concavidad
anterior de la columna dorsa. Normalmente, puede ser debida a una mala
ergonomía con vicios posturales acompañada de una falta de tono muscular que
ocasiona contracturas y dolores.
Visualmente se presenta al público como la conocida
joroba, pero esto además puede generar fatiga, dolor de espalda, rigidez de la
columna e incluso en casos graves dificultades respiratorias.
Se precisa de una corrección a tiempo de las posturas
que no son óptimas ergonómicamente y un ejercicio físico que ayude a fortalecer
la musculatura. Adaptado todo esto a las necesidades específicas de cada
paciente.
Está funcionando muy bien como ejercicio preventivo
según licenciados en ciencias de la actividad física y el deporte,
fisioterapeutas y demás profesionales de la salud implicados en estos ámbitos
el yoga.
Aquí os dejamos una serie de posturas que se pueden
realizar después de un calentamiento previo.
1. Ponerse
de pie y desde la postura de la montaña o tadasana, flexionar las dos piernas
lo máximo posible, llevando el coxis hacia abajo, como queriendo sentarse
(postura de la silla) Colocar las manos en puño a los lados del tronco e,
inspirando, extender los brazos hacia arriba y mantener varias respiraciones.
2. Extender las dos piernas, colocar el tronco
paralelo al suelo y llevar los brazos al lateral y luego, detrás de la espalda,
separados. Mantener. ( Postura de la Gaviota o Bhega Kriya )
3. Tornar a la postura de la montaña y, desde ésta,
colocar los brazos en Nâmaste, es decir, con las manos unidas en espalda
a la altura de los omóplatos. Una vez en esta posición inclinar el tronco hacia
delante y mantener varias respiraciones. Volver a la postura a Tadasana.
4. Inspirando, flexionar las dos piernas, llevar las
manos unidas frente al pecho y trasladar el pie derecho hacia atrás. La
pierna de delante, la izquierda, continúa flexionada. Exhalando, estirar los
brazos con las manos juntas apuntando hacia el suelo, e inspirando,
llevarlos hacia arriba por encima de la cabeza. Mantener unas respiraciones.
Inspirando, bajar los brazos y recoger la pierna que está atrás(postura del
guerrero). Repetir con la otra pierna. Exhala e incorporarse en la postura de
la montaña.
5. Sentarse sobre los talones, dejarse caer hacia
adelante y apoyar la cabeza en el suelo. Descansar en la postura del embrión.
Mantener varias respiraciones.
6. Desde la posición de embrión, apoyar las palmas de
las manos y las rodillas en el suelo. Levantar la cadera hacia arriba para
ir a la postura de perro boca abajo.
Extender las manos y meter la cabeza los brazos, llevando la mirada hacia
el ombligo o hacia los pies.
7. Desde la postura de perro boca
arriba, inspirar y llevar las caderas hacia abajo y la
cabeza hacia arriba, de manera que quedar apoyado sobre los pies y las manos,
manteniendo el resto del cuerpo en el aire.
8. Apoyar las piernas, la cadera y el pecho en
el suelo, boca abajo. Extender los brazos y llevar las manos detrás de la
espalda, entrecruzar los dedos, con las palmas mirando hacia dentro (en
dirección a la cabeza) y levantar el rostro y parte del busto, mirando al
frente (Postura de la Cobra).
9. Flexionar la pierna derecha, e intenta coger
el pie con la mano derecha. Soltar y flexionar la izquierda e intentar coger el
pie. Descansar una respiración. Flexionar ambas piernas e intenta cogerlas con
las manos. Elevar el torso y las piernas, de forma que se apoye solo con el
vientre (Postura del arco).
10. Llevar la cadera a los talones y extender los
brazos. Descansar en la postura del embrión.
11. Desde la postura del embrión, incorporar el tronco
y llevar los brazos por detrás de la cabeza, apoyándolos en el
suelo. Extender las piernas juntas hacia adelante. Inspirar y estirar
todo el cuerpo, sintiendo que el estiramiento comienza en el vientre; exhalar y
relajar todos los músculos. (postura de bastón)Volver a inspirar y a estirar
profundamente las extremidades, exhalar y soltar. Repetir tres veces.
12. Apoyar la espalda en el suelo. Llevar
las piernas flexionadas sobre el abdomen y posar la planta de los pies en el
suelo con pies a la anchura de las caderas. Colocar los brazos en forma de
candelabro. Realizar respiraciones completas (contando hasta cinco en cada
exhalación y en cada exhalación) en esta posición.
13. Extender las piernas y colocar los brazos a
cada lado del cuerpo con las palmas hacia arriba. Descansar en la postura del
cadáver o savasana por 10 minutos.
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